Una cosa no quita la otra

En la lista de deberes que redacté hace unas semanas metí unos caminos de Sóller, uno de ellos pendiente desde hace decenios, año más año menos, y estoy seguro de que habría pasado en alguna ocasión pero no en bici, por eso le tenía ganas. El otro es de más reciente conocimiento y de ubicación más que dudosa así que algún día tenía que ser cuando me decidiera a visitarlos y despejar dudas.

La excusa ha sido la preparación de una ruta por la zona y no es que no sea cierto pero también es que me apetecía pasearme un poco por allí, sin horarios, sin agobios ni premuras, por eso lo sabía poca gente y al final tan pocos hemos sido que no éramos más que dos, Juan y yo. Pero sí había más peña en el punto de partida, los bous también habían decidido ciclar por esos andurriales. Ellos se dirigían a Deià y solamente hemos podido rodar juntos la parte inicial de la ruta, hasta Can Jeroni Gros empezando por el pujol d'en Banya.

En el cruce nos hemos despedido para coger nosotros el camino de descenso. Camino en su mayor parte escalonado y en buenas condiciones aunque no le faltan las preceptivas barreras a franquear. Desemboca en el camí des Rost en su parte final empedrada y escalonada que hace las delicias de una suspensión que se precie, otra cosa es como queda el bikero que maneja la máquina.

Volvemos a salir a la carretera de circunvalación prácticamente en el mismo punto del que hemos partido y circulamos ahora en sentido descendente para coger un carril bici que cruza la barriada de sa Frontera desde donde nos dirigimos hacia Ca n'Aí y Binidorm. Nuestra intención es seguir las indicaciones GR y dirigirnos al puerto pero no llegar allí, nos vamos a desviar de nuevo hacia la carretera. Es a partir de estos momentos donde empezamos a encontrar la horda extranjera, cada pocos metros nos topamos con excursionistas de todas las edades que han salido de sus hoteles en el puerto y mochila a la espalda y libro en mano recorren estos senderos dispuestos a no dejar metro sin hollar.

Pequeño alto en el mirador? para no ver nada debido al manto de nubes bajas y descenso hasta el torrente que viene cargadito. Hacemos unos metros de asfalto junto a un vecino y nos metemos por el camí vell para coger el sendero paralelo a la carretera que, aunque señalizado, no es más que un triste parche hasta el siguiente desvío. Hoy vamos a recorrer el trazado oficial, el que pasa por la carrera de Can Tamany y poder así tomar todos los tramos de camí vell y no subir por la pista. Allí nos encontramos dos vecinos dándole a la motosierra (parece que es la época) y aprovecho para indagar un poco sobre el camino que quiero recorrer a continuación, no me lo ponen mal aunque señalan que "está un poco perdido".

Llegamos a la curva de la rampa donde debemos desviarnos del trazado oficial y tiramos por el cemento y cuando hay cemento ya se sabe lo que eso significa, menos mal que no dura mucho. Entramos en un olivar con su respectivo porxo a través de una barrera abierta y tras un pequeño ejercicio de orientación salimos por otra igualmente pasable si consigues abrirla del todo. Otra rampa de hormigón y llegamos a una explanada y más barreras con una parte peatonal libre de paso. Vislumbramos entre las ramas de un garrover lo que quiere ser o fue en su día un camino y seguimos hasta otra barrera (ayer si no pasamos más de veinte son pocas), esta vez con un letrerito de privado, pasamos (ver inciso) y acabamos frente a una casa vacía con muchas dudas, no vemos continuación más que pasando por la porxada y tirar hacia el bosque, y es lo que hacemos para acabar frente a un olivar con rejilla por todos lados y una casa enfrente, buscando un sitio para pasar sin destrozar la alambrada y llegando a la casa medio derruida pero que tiene un camino ancho de acceso y por él nos dirigirnos a la carretera que tenemos enfrente.


Inciso

Como casi todo en esta vida hay una explicación. El letrerito. Realmente está allí, no para querer fastidiarnos la mañana, sino para indicarnos que el camino no va por la casa, no sería inusual pero me extrañó en esta ocasión que así fuera. Lo que pasa es que no supimos verlo, ni yendo ni viniendo, ya que prácticamente no tiene uso y se ha desdibujado en algunos tramos, amén de algún derrumbe y exceso de vegetación.


Antes de llegar a la carretera pasamos por otra casa moderna y estaba el dueño en el tejado de reparaciones, evidentemente paramos y preguntamos. La conversación se desarrolla en términos más que respetuosos, no hay gritos ni amenazas, y le dejo claro que no queremos circular por su propiedad sino por el camino y él nos explica amablemente por donde discurre, fuera de sus lindes pero más abajo por lo que volvemos atrás con su permiso para buscarlo por donde toca. No lo vemos a la primera por una confusión con las rejillas que aparecen tumbadas en el suelo, allí paramos un rato y mientras reponemos fuerzas voy a investigar en sentido contrario y al cabo de un minuto lo veo clarísimo, junto a la casa que pasamos anteriormente, Son Repòs, alguien ha tapiado el portillo de salida y es prácticamente imposible verlo y supongo que pasarlo también, pero habrá que hacerlo (como te habrás dado cuenta por el inciso anterior, aquí también fallé ya que no es necesario tampoco entrar dentro de esta propiedad, pero en fin, tampoco hicimos ningún daño, así que cabales).

De vuelta envío a Juan para que lo vea con sus propios ojos, una hora para recorrer doscientos metros puede parecer exagerado pero es lo que puede suceder, por eso prefiero en algunas ocasiones ir solo o con alguien de confianza antes que oir quejas y lamentos, u otras lindezas.

Listo, hemos llegado a la carretera de sa Figuera (con dos horas de retraso, eso sí) y ya he cumplido con los deberes asignados, ahora pasamos a la parte divertida, si entendemos como tal la subida hasta Bàlitx d'Amunt. Es un itinerario que hemos hecho varias veces de bajada aunque Juan se empeñe en pensar lo contrario y ya sabemos lo que cambian las opiniones sobre un camino con solo girar la bici 180 grados, de todas maneras es una subida tranquila entre olivares. No puedo decir lo mismo de la continuación desde la fuente, solo vimos la primera rampa, donde decidimos por horario volver sobre nuestros pasos e ir a buscar alguna bajada que nos dejara buen sabor de boca.

Tardamos cuatro horas en llegar allí y calculo que acortando un poco al principio por els cinc ponts y conocido el itinerario se puede hacer en la mitad de tiempo, eso nos daría margen para al menos recorrer la Comuna de Fornalutx, pero no adelantemos acontecimientos.

Volvemos atrás y tomamos el camí de sa Figuera con su primera parte de porteo pero que después se deja domar dócilmente, solo llegamos hasta el CRUCE, punto estratégico donde confluyen varios itinerarios de la zona, hoy el que nos interesa es la bajada que nos llevará hasta las cercanías del campo de fútbol después de tomar el consiguiente desvío a mitad de camino, más adaptado a nuestras monturas y capacidades, el otro lo reservamos para cuando subamos de nivel (y cambiemos de bici).

Hemos acabado sin contratiempos, cada uno a nuestro ritmo, mucho más cansados de lo que hemos empezado pero enteros y satisfechos al menos y con las dos premisas iniciales, investigar y pasear, cumplidas. No hay tiempo para más y aún así quiero ir a ver unas casas escondidas de las que guardo grato recuerdo y hacía años que no visitaba, solo el perro sale a recibirnos, ladrando primero pero al adivinar nuestras buenas intenciones se nos acerca meneando la cola y exigiendo algunas caricias, buen animal.

Bien, ahora dejaremos pasar algunas semanas de cortesía antes de proponer la ruta oficial de la que tengo constancia que algunos quieren participar, puede que antes hagamos otra, creo yo, no menos interesante, en estos días venideros iremos recabando adeptos a la causa y cuadrando fechas confiando también que el tiempo vaya mejorando aunque sea solamente un poco y nos deje disfrutar como toca de la ruta y la compañía.


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