Ruta a medias

Me llegó una invitación entre semana de Jauja por el correo para compartir ruta el fin de semana. Uyyyy, que habrá que negociar para poder asistir, menos mal que la oposición fue más aparente que otra cosa y pude confirmar asistencia a las pocas horas.

La ruta por él elegida en principio fue la ruta 3, Son Roca, y digo en principio porque sugerí, y casi exigí, recortar la primera subida por la Vileta y dado el caso, añadirla al final. Se aceptó la propuesta así como la del cambio de punto de partida, en este caso Son Moix. Como no podía ser de otra manera hice partícipes del evento a otros amigos y compañeros pero solamente algunos integrantes de los Bous Bufats recogieron el guante llegando el pelotón hasta los trece integrantes. Muchos vinieron porque había asegurado a Guiem que la ruta tenía un recorte muy claro que favorecía la asistencia y no se lo quisieron perder.

Aprovechamos la aproximación a Bunyolí por los caminos secundarios de Son Anglada para la charla distendida y la puesta al día, ya vendrán momentos más comprometidos. En la subida hacia Sobremunt bastó que parara un momento para ajustar el sillín para dejar de ver a algunos, quizás algún punto de remordimiento habría para que pararan a mitad de camino y reagrupar aunque la historia se volvió a repetir, no lo del sillín, lo de que me pasaran. El último que llega arriba es Guiem que tiene algunos problemas gástricos y digamos que va quemando etapas.

La siguiente es llegar a Son Roca y para ello hay que descender mucho y lo hacemos por carretera desechando la opción más salvaje. Esa bajada casi me pareció más larga que cuando la hicimos cuesta arriba, no sé si los que subían podrían decir lo mismo, alguno seguro que no.

Siguiente etapa, subida hacia la posesión campo a través, sin ni siquiera acercarnos a la carretera asfaltada. Alternamos tramos de camino muy sucio de vegetación con otros más despejados y en lo alto con tramos de pista, la parte más complicada de todo el itinerario. Al llegar a los campos cultivados optamos por tomar el desvío hacia la carretera para no acercarnos a las casas y tener algún disgusto.

David llevaba algunos minutos quejándose del ruido de carraca que iba haciendo la bici, yo lo atribuí a un desgaste de algún rodamiento, de hecho no le impedía pedalear y no se le hizo mucho caso, más bien ninguno.
Iba de los últimos con Toni P. y Charly y ni siquiera llegué a la barrera, llevaba la rueda de atrás por los suelos y uno de ellos partió para avisar a los demás. Tras reparar no hacemos ni doscientos metros y se repite la situación, ésta vez es Toni el que se va para advertir a los que tenían que continuar ruta que no me esperen, abortaba en esos instantes.

Reparé y bajé prácticamente parado para no llevarme el disgusto del día. Abajo en la barrera estaban todos menos la peña llucmajorera más Benjo y Emilio, seis en total, pero por lo que me han contado solo cuatro acabaron el recorrido total.

Como ahora Jauja está muy ocupado en casa y tiene el blog en suspenso vamos a insertar la mini crónica que me envió para contarme su periplo y no tenerme en ascuas durante semanas.

Hemos seguido hasta Puigpunyent 6, Benjo, Emilio, Rafa, David, Luismi y yo.

Fallo en Puigpunyent no recargar agua luego pasaría factura, subiendo a la salida de Puigpunyent David tiene problemas con el cassete, todos pensamos que es que le saltan los piñones por mala regulación del cambio y le decimos que siga.

La parte de pateo estaba muy sucia y se han cagado en mi bastante, una vez superada el cassette de David ha dicho basta, yo creo que se ha cargado el buje pk el cassete giraba y la rueda no. Se ha ido con Luismi camino abajo. Hemos seguido 4 camino arriba, en la parte del paso han flipado: "por ahí?!!" jejejej. Luego la bajada les ha gustado bastante y hemos llegado a es burotell secos, tanto que nos hemos animado a ir a la casa y pedir agua, y se han portado de lujo, nos han dado un par de botellas y una garrafa.

A todo esto yo ya había pinchado dos veces, mi cubierta debe estar como la tuya mas o menos. Hemos subido coll de sa creu y en la primera drasera he vuelto a pinchar, k mierda!!! poco más, arreglo y carretera para casa, hemos llegado al coche a las 15:00.


En vista de lo que nos cuentas me asaltan dos dudas:

¿cómo volvió David a Palma? ¿cómo os llevásteis la garrafa?

Salud a todos los participantes y hasta la próxima.


Los mochos

¿No os ha pasado que hay ocasiones en las que quisieras estar en dos sitios a la vez? A mí me pasó el viernes noche cuando Pepefz me da a conocer la ruta prevista, se trata de unir una serie de itinerarios muy poco transitados por la zona de Valldemossa, algunos de los cuales ya fui a investigar tanto en solitario como acompañado, por eso tenía un especial interés en recorrerla pero ya había quedado desde hacía días en compartir ruta con otro grupo de amigos y no era cuestión de deshacer los planes de los demás a última hora y más cuando era una petición expresa por su parte.

Así que me presento en el punto de inicio propuesto por mí que es el área recreativa de Caubet, a una distancia prudencial de Bunyola como para llegar con un mínimo de calentamiento y no tener que empezar la subida en frío. Como no tenemos que coger carretera tenemos una aproximación tranquila, perfecta para los chismorreos.

La subida fue más de lo mismo, la verdad es que me sentía mucho mejor de lo esperado e iba alternando compañía cada cierto tiempo. Nos reagrupamos y descansamos en la barrera pero no para subir por el comellar sino “por costumbre”, innecesario a mi modo de ver si se hace la subida por la pista ya que rompe el ritmo que llevabas a falta de un kilómetro de ascensión, que además es el que tiene mejor firme, por tanto más cómodo, el resto ya es mucho más llevadero al menos hasta el desvío del penyal, que es por donde vamos a ir.

Arriba del todo nos paramos un poco más de la cuenta para comer algo y repasar la ruta. Lo primero sería bajar por la cabra (parece que este neo topónimo va a ser el definitivo) y después subir al coll des Picot y bajar por la ladera de la zona de Orient. Me dejan ir delante con la excusa de no pasarse el cruce y me dan ventaja, tanta que hago la bajada más solo que la una pero no más lento que si hubiera estado acompañado. Y efectivamente, se pasaron el cruce.

Empieza lo nuevo para todos o casi todos. Había muchos interrogantes por parte de los compañeros, al final no me enteré bien de dónde había estado cada uno, lo cierto es que literalmente fliparon con la bajada, que sin ser técnica es sumamente divertida, esa fue la sensación general tras llegar al Freu, ahora se trata de hacer unas cuantas pasadas más y mejorar en todos los aspectos.

Creo que muchos hubieran acabado con gusto la ruta allí pero evidentemente había que volver y solo hay dos opciones directas, Coanegra o Verger (dejemos de lado otras posibilidades más comprometidas). En este caso se había optado por la segunda y eso implica dirigirse a la carretera y recorrer unos metros de asfalto, no muchos.

No quise ver cómo era el sendero de inicio y seguimos un poco más arriba para hacer todo el recorrido sin tener que descabalgar y los que vamos delante empezamos a notar que algunos se retrasan ya en el inicio del desvío sin encontrar un motivo claro aparente y más tarde también en la pared medianera. Juntos la pasamos y empezamos la ascensión al coll des Vent. La zona tiene otra pinta, muy despejada, fruto del cuidado del bosque, por doquier hay montones de ramas apiladas junto a los árboles. Casi lo peor es el camino, un poco removido por las últimas tormentas caídas.

En un cruce hago caso estricto de una señal y me voy por donde no es aunque con esa sensación de que algo no va bien, extremo que confirmo unos minutos después tras parar al grupo y seguir yo solo hacia delante. No hay problema en volver a empalmar con la pista principal y coronar unos pocos minutos después.

Por mi parte estoy casi asombrado de lo corto que se me está haciendo todo, tanto las subidas como las bajadas, lo cierto es que estamos hablando de un itinerario con una ciclabilidad casi absoluta. Comemos algo descansando pero la peña está algo intranquila, ni siquiera con la confirmación de que las subidas han acabado parecen sentirse más aliviados. El tema es que la bajada siguiente está lejos y entre medias hay pedaleo, para mí otro punto importante de esta ruta aunque para gustos, colores, y lo que yo creía interesante para otros se hizo eterno pero yo procuré disfrutarlo como se puede hacer con una mtb.

Arribamos de esta guisa a la carretera de Alfabia, algunos más contentos que otros y a la pregunta de si ¿queda mucho? yo contestaba, quedan mochos. Llegamos al desvío sin contratiempos menos por parte de Alex que va pinchado y le conminamos a que se diera prisa para salir del asfalto lo antes posible no sea cosa que aún nos pille el pájaro guardián. Simplemente hincha la rueda y continuamos hacia abajo donde llegamos todos bien. Ante el nuevo vaciado de la rueda trasera esperamos a salir a la carretera para reparar y ni siquiera allí lo hacemos, esperaremos a llegar a la gasolinera porque dicen que no hay tiempo para cervezas, se comprarán en la estación de servicio mientras se efectúa la reparación.

Y así se hizo aunque esta duró más de la cuenta, la cubierta tubeless fue mala de sacar y peor aún de meter, faltaba un poco de fuerza bruta para acabar de encajarla pero se consiguió. Ante tales retrasos muchos quieren enfilar directamente por carretera hacia los coches y aunque reconocen que la opción del camino de Raixa es tentadora a la hora de la verdad la desechan y siguen por asfalto, solamente Joseba y yo volvemos por las vías mientras los demás continúan hasta la rotonda.

Se puede decir que fue mi ruta perfecta, corta, sin excesivas dificultades técnicas tanto para bajar como para subir, y que me vino como anillo al dedo para mis posibilidades. En el grupo había de todo, unos querían más y otros hubieran acortado hacía rato pero la sensación general era muy buena pese a todo, esos sitios nuevos gustaron y seguro que los repiten.

Hasta la próxima, pues.


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Solo rodar

El sábado no me quería complicar con rutas compartidas, que si para aquí, que si para allá, que yo acorto, que si..., en fin, mejor salir solo y fuera problemas. El tema es que el horario también sería corto y no programé nada especial, simplemente rodar y a poder ser, en llano, que es cuando cunden más los kilómetros, por eso tras salir de casa sobre las nueve me encaminé hacia la salida de Palma por la Indioteria, seguramente mi próximo objetivo sería Bunyola.

Para no compartir trayecto con los vehículos tumbé hacia Son Macià y más allá para ir a coger el camí de Muntanya y proseguir por Son Pizá por tierra hasta la carretera de Santa María. Ahí sí que no me queda otra que pisar asfalto y me dirijo a Bunyola pero no para subir a la Comuna sino para atravesar el pueblo, salir por casa Francisca y desembocar en la carretera de Sóller donde decido que puedo encarar la subida al coll con ciertas garantías.

Y eso hago, subir a mi ritmo hasta el restaurante. A esa hora pasan muy pocos ciclistas y muy pocos vehículos por lo que tengo una ascensión demasiado tranquila. Arriba descanso un poco a la sombra (mi estado físico tampoco es muy brillante) compartiendo escenario con parejas de turistas que se echan fotos con la bahía de Palma de fondo (que dicho sea de paso, casi ni se veía por la fuerte calina reinante).

Yo regreso ya y pongo gomas de por medio pero no tiene ningún sentido apretar abajo con el fuerte viento en contra y vuelvo por donde había venido desde el pueblo. Al enfilar la larga recta de salida vislumbro en la lejanía una pandilla de bikeros que por sus atuendos me son familiares y al acercarnos se confirman mis sospechas, son los Morci­bikers en alguna de sus, pondremos típicas, escapadas por la zona. Comentamos las novedades y sale a relucir la ruta del sábado próximo en la que se pueden dar intereses comunes, aunque no conviene avanzar acontecimientos, dejemos que la corriente discurra y si tiene que llegar al mar, que llegue.

Dicho lo cual cada uno sigue su camino, ellos para el bar, yo hacia Palma. He decidido acortar lo máximo posible y eso significa atajar por el asfalto aunque me salgo de él durante un tramo de varios kilómetros en los que la bicicleta me lo agradece con ganas, después ya todo recto a por los tres puentes y para casa.

Ruta (si es que puede llamarse así) sin más pretensiones que las de rodar un poco sin agobios y sin un plan prefijado de antemano, ya veremos según vayan pasando los minutos, un simple ida y vuelta sin importar mucho si hacía más o menos asfalto, al final los kilómetros son los que son y llegan a pesar a todos.


Chapas

A raíz de las movilizaciones y concentraciones que se pusieron en marcha hace años con motivo del anuncio del posible cierre en Alaró de un camino que se restauró, cierre que nos parecía a todas luces exagerado habida cuenta de que al mismo tiempo se permitía la circulación de vehículos a motor, creé con una aplicación una chapa cuya principal característica es que se puede personalizar y compartir como un elemento agregado más en otras páginas web.

Lo creé a partir de un logotipo que se usó en la península ante casos similares al relatado. Debo confesar que la imagen tuvo éxito (no así la chapa, posiblemente porque la dirección a la que apuntaba era un artículo de mi propio blog), hasta se llegaron a hacer pegatinas que se repartieron en las concentraciones y que todo el mundo conoce. Digo que la imagen tuvo éxito porque quién más quién menos la incorporó como imagen estática en la página principal de sus blogs con más o menos acierto.

Aunque el éxito de mi chapa no me preocupa no me resistía a dar por finalizado el tema y he creado una biblioteca de chapas de todas las páginas web y blogs de mtb de la isla que conozco por si alguno no ha encontrado una manera gráfica y sencilla de compartir su página u otra que prefiera en otros foros. He añadido el enlace al menú principal aunque para no cargar la página se os deriva a un blog diferente con ese único tema (por ahora).


P.D. Faltan unas cuantas de las que me falta una imagen adecuada y también apuntar que aunque algunas no tengan actividad reciente, ni siquiera desde hace años, también se incorporarán aunque solo sea testimonialmente. No tengo inconveniente en modificar alguna en que aparezca una foto del autor, por ejemplo, por otro modelo que me puedan hacer llegar o por la chapa que el interesado quiera crear.


Trío al sol

Aún con los deberes pendientes desde varias semanas por Son Ferrandell me dispongo a darles carpetazo definitivo este sábado, solo, acompañado, me da igual, la cuestión es encontrar el paso perdido. No es un plan muy atractivo para la mayoría, lo sé, así que no lo publicito pero si se da el caso no haré ascos a la compañía de nadie.

Pepefz se interesa por mí al mismo tiempo que me informa de sus planes propios, y casualmente difieren poco uno de otro pero él irá acompañado por los compañeros de Cap Amunt y no es cuestión de cambiarles el plan a última hora, así y todo yo me apunto y ya veremos sobre el terreno cómo se va desenvolviendo el asunto. Esperamos en su casa al resto de grupo pero solamente se presenta uno, Borja, los demás no aparecen ni aparecerán así que de trío no pasamos. Dado que vamos desde Palma rodando y el coll de sa Basseta es nuestro objetivo hemos coincidido en pensar que el mejor itinerario de acercamiento es el pinar de Canet aunque si hubiera ido solo seguro que habría ido por asfalto, menos castigador.

La primera barrera, cerrada, por eso vamos en busca de la pista directamente, se ve que ahora no quieren que pasemos por delante del porxo. Un poco de pateo para pasar por la pared de rejilla y ya estamos en territorio pistero. Ahora el rodar debería ser fluido y sin agobios hasta el inicio del descenso pero voy muy atrancado y no es por el calor, son las piernas que no me responden eficientemente aunque dada la bondad de esa pista puedo coronar sin grandes dificultades.

Otra cosa bien distinta es abajo, en el interior del comellar. Y aunque la pista te da algún respiro en general es muy exigente por no decir, muy, muy exigente, y no me queda otra que subir empujando la bici en su mayor parte, he tenido días mejores allí.

Llegamos arriba y no se dejan convencer de que es mejor que se vayan sin mí, si voy Borja no va a conocer la bajada por el GR desde la mola, o quizás la del Estret pero les da igual y me exigen que les acompañe para buscar el sendero perdido en la otra falda de la montaña. En el asfalto me recupero un poco aunque pique hacia arriba y puedo rodar dignamente. Bajando no hace falta que nadie me anime, baja sola la bici, menos mal.

Hacemos la inversa que yo la última vez y entramos por la pista ancha enlazando con la que sube desde las casas y buscando bien esta vez el inicio del sendero que encontramos sin ninguna dificultad. El primer tramo pica para abajo por una pendiente de hojarasca en la que voy de lado a lado sin control, después se estabiliza y permite rodar con más soltura.

Hemos llegado a la pared que separa el campo cultivado del bosque y ahí nos entran las dudas. Como en un principio no teníamos que haber ido por allí no le envié el track a Pepe y por lo que yo recordaba debíamos bordear el campo y bajar al camino principal tras haber dejado atrás el mismo. Lo que pasa es que no vimos continuación clara, hay una barrera allí y desde luego la pista del interior continúa hacia arriba pero ya muy estropeada y aunque me paseé por allí no vi forma de llegar de manera cómoda, y tampoco vislumbré la continuación, así que hicimos lo que no teníamos que haber hecho, saltar la valla y está claro que no salimos de la parcela, fuimos bajando y bajando hasta llegar al camino principal el cual también tiene otra barrera y más rejilla que nos impide el paso aunque ya se han ocupado de preparar artilugios para sortearla, y no sé exactamente porqué ya que no adivino adónde te puedes dirigir si entras en la propiedad si no es para salir a la carretera y si es para salir tampoco me cuadra, a ver, nosotros lo hicimos pero ahí te das cuenta de que ha sido totalmente innecesario saltar la valla de arriba y no vuelves a repetir el mismo error.

En el coll de Sant Jordi tenemos varias opciones, la mía es volver por el Bosc des Frares y la de Pepe es por Son Brondo, optamos por la suya para que pueda coger agua y de paso también refrescar las memorias, con el paso cerrado en el puente de abajo se pasa poco por allí, yo al menos. A mí me parece que está todo más o menos igual, sino idéntico.

Menos mal que podemos sortear la valla por dentro del torrente pero gracias a que somos varios, subir solo la pared con la bici a la espalda me hubiera hecho recordar ciertos momentos de apuro allá por la cova des marbre. A Borja le da todo igual, no conoce prácticamente nada de esos lugares y disfruta a cada paso que damos y yo, como ya no subimos, me voy encontrando mejor de ánimo (que no de fuerzas) y aunque me hubiera ido por carretera tan pancho no soy capaz de decir que no a la propuesta de volver por Raixa aunque su acercamiento sea cuesta arriba y a pleno sol.

Sorteamos la última barrera motorizada y sin ser interceptados llegamos al desvío que nos bajará al torrente. Borja me iba preguntando por donde pasábamos si era terreno público, que no hombre, creo que no hemos pisado ni un metro de terreno público en toda la salida, es lo que tenemos.

Vuelta rápida por Raixeta y Raixa y aún tenemos tiempo para perder otro poco por el bosquecillo de Caubet, el que está detrás del club hípico. Después ya es ir a coger el camí de Passatemps a buen ritmo y descansar el tramo final de asfalto hasta la meta.

Otra semana sin haber conseguido completar la misión y eso que Pepe sí había hecho el tramo que nos faltaba pero en esos momentos no se dio cuenta, es más fácil verlo después sobre el papel que no en directo sobre el terreno y yo estoy empeñado en hacerlo en ese sentido y no en otro. Ahora tendré que volver otra semana a buscar ese tramo que me falta y poder dar el carpetazo definitivo completando una buena ruta, ruta de rodar fuerte y de subidas muy exigentes porque bajadas, lo que se dice bajadas, no tiene ninguna, por eso ni siquiera pienso publicarla en el blog, tal sería su éxito.


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Valió la pena

Hace ya unas semanas me invitaron a participar el domingo pasado a un evento bikero por la zona de Llucmajor, buena compañía, ruta tranquila a la medida, sin prisas ni agobios, un plan tentador, pero no pude asistir, y la verdad es que no me quedó un buen sabor de boca, menos mal que otro amigo de las dos ruedas, un tal Kiko, se encargó de rescatarme del marasmo al requerirme una serie de cuestiones sobre unos itinerarios de una zona cercana, según él, “le habían calentado” sobre el tema la semana anterior y había decidido no esperar más, iría aunque para ello tuviera que arrastrar al resto de camada.

La pega es que, al ser una ruta nueva, le era desconocida y la información que había podido sonsacar de fuentes varias no la había podido hilvanar correctamente, por eso me llamó pidiéndome consejo. Resulta que justamente me había paseado por allí varias veces en los últimos meses y lo tenía fresco pero aún así me sentía incapaz de darle unas explicaciones mínimamente precisas sobre el plan a seguir así que opté por ofrecerme a acompañarles y liberarles de la farragosa tarea de seguir una traza en las pantallas. Ese era el argumento oficial pero la verdad es que había pasado ya mucho tiempo desde la última salida conjunta y le tenía ya ganas. Afortunadamente el sentimiento es recíproco y no hubo ninguna pega al respecto.

Ellos eran los Morci-bikers, el grupo casi al completo con las últimas incorporaciones y podría observar de primera mano aquello que se puede intuir, o imaginarse en muchos casos, leyendo unas crónicas o viendo unos videos.

Salimos temprano de sitio con bastante puntualidad, nos vamos a acercar a la zona de es Verger por Son Malferit, cosa poco habitual en el grupo según me comentaron con bastante sorpresa por mi parte ya que tengo ese itinerario como una vía de escape natural de la ciudad hacia esa zona. Claro, eso te dirige directamente al coll de s'heura y su continuación lógica hacia las alturas son las rampas del Gravet, cementadas para dar seguridad suficiente a los vehículos a motor que suben a las ermitas.

Ese rodaje anterior te proporciona el calentamiento suficiente como para querer afrontar esas pendientes con algo de garantías, y me fue bien. Después, estando parados en el reagrupamiento y haciendo varias fotos de grupo en el mirador, nos pasaron varios ciclistas de los Tira tira que subieron después de nosotros.

Como la ruta es muy corta había pensado en hacer alguna bajada hasta el camino principal para ir abriendo boca y añadir otros ingredientes al guiso. Según mi propio esquema hicimos la bajada tres y ya desde el principio vimos que se encontraba señalizada con banderines de cinta, seguramente para alguna carrera a pie por la zona. Kiko lo corroboró al quedarse rezagado y partir por donde no era, menos mal que no le entraron las prisas porque si no hubiera llegado hasta abajo antes de que pudiera encontrarlo. Esa bajada, sin ser especialmente complicada, empieza a mostrar algunas dudas entre varios integrantes al no poder negociar con precisión algunas de las curvas, por lo demás, pan comido.

Volvemos arriba a la explanada y aunque ando en el apremio de continuar hasta el geodésico y merendar allí no se me hace caso y quien más quién menos hinca el diente a algún alimento como si de una etapa del tour se tratara. Una vez saciados proseguimos itinerario en lo que va a ser una nueva experiencia para ellos, hacer el camino de la ermita cuesta arriba. No hay sangre y llegamos enteros hasta la base de la montaña, solo nos queda el tramo de pateo que hacemos no de muy mala gana, al menos no oí improperio alguno.

Momento relax en el culmen de la jornada, más picada y preparación con toda clase de artilugios de protección para el largo descenso. Desde luego no hubiera falta ni guía ni GPS para tamaña hazaña, estaba todo marcado, casi habíamos calcado el itinerario de la carrera, menos mal que no coincidimos en el día. Como ya se ha comentado, la bajada tiene de todo porque son varias enlazadas pero no abundan las piedras, terreno de tierra pisado, revirado y no exento de ciertas dosis de buena técnica para superarlo con nota.

No sales del bosque en todo el recorrido, la última parte, el pas de Son Poquet en su tramo inicial hizo las delicias de los más hábiles a los que dimos paso en cuanto se percataron del percal. Después debieron volar por las marjades (eso no lo vi) y tuvieron algunos deslices en la zona de carritxeras, más divertidos que otra cosa; yo también tuve mi momento, le debí dar a alguna piedra justo antes de llegar a la barrera y rajé la cámara. Cambiada y a seguir.

En la salida al camino principal hubo algún conato de continuar ruta hacia otros lugares pero la sola idea de tener que volver a subir las rampas los contuvo aunque alguna duda quedó rondando en la cabeza de alguno que seguro aprovecharé en otra ocasión. La mayoría impuso la decisión y volvimos a sitio por donde habíamos venido, una opción nada habitual en ese grupo, cosa que siempre me había parecido bastante rara, la verdad. Carretera, solo en caso de necesidad absoluta.

Después, a digerir despacito todo lo vivido ayudados por la ingesta de unas claras y unas olivas con hueso. Dani se encargó de la dolorosa parte final del día pero con el buen cuerpo de haber hecho una buena e inesperada ruta, sin quererlo ése fue mi regalo de cumpleaños.


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