I love success

El asunto de proponer una ruta para el sábado no es baladí, cada cual expone sus premisas y querer combinarlas y satisfacer a todo el mundo es una tarea ardua pero lo que sí conviene es saber quién va a presentarse para encauzar la vista hacia una zona u otra. Como el grueso de posibles asistentes se desmarcó a media semana abandoné la idea de las rutas de montaña y mi atención se dirigió hacia la zona costera para tratar de resolver algunas dudas pendientes, y tendría que hacerlo por mi mismo, los infiltrados que tengo por esa zona no han hecho aún los deberes que les puse allá por el verano y no me queda más remedio que ir yo a acabar la faena.

El sábado parecía pues un buen día, algunos dudan, que si tal, que si pascual, puede, tal vez, y como se ha visto a las nueve delante del campo de fútbol del Arenal, nada de nada. He llegado muy pronto y he aprovechado para salir a calentar por la zona, después se ha puesto a llover y he esperado a cubierto que amainara para volver a salir, total media hora escasa. Como la primera parte de ruta está clara he pasado de llegar a Cap Enderrocat y llegar directamente a Puigderrós por la carretera, un pequeño pecado venial para no tener en cuenta y pensando en la posible pérdida de tiempo de las exploraciones habida cuenta de que estaba dispuesto a llegar a Cap Blanc. He estado entretenido no obstante en la subida viendo de primera mano el follón que ha montado una grupeta de una tienda de Can Pastilla, unos cuarenta serían con furgoneta y moto incluidas, ocupando todo el carril adelantándose unos a otros como si de una carrera se tratara y la fila de coches que se ha formado detrás al no poder adelantar. Así me gusta, los ciclistas los primeros en dar ejemplo de como no hay que circular en pelotón, luego nos quejamos.

Dejo ya la carretera y lo que ello conlleva y circulo ya por las urbanizaciones, la ruta real es llegar allí subiendo desde el balneario de la costa, cruzo sa Torre y entro en Bahía Grande por el portón de la pared, justo enfrente tenemos un paseo peatonal por una zona verde que va continuando cruzando las diferentes calles hasta llegar al descampado del radiofaro. No nos conviene llegar a línea de costa, no hay paso, y lo que hacemos es circular por los senderos paralelos a la carretera hasta la zona no urbanizada antes de llegar a Tolleric.

En este caso sí he ido hacia la costa donde la última parte está ocupada por un hotel, un village, con sus apartamentos esparcidos a lo largo del acantilado. Me habían dicho que por el exterior de la pared no se podía ir y es verdad pero aprovechando que está ya cerrado me he metido hasta el fondo para encontrar la barrera de acceso a la finca vecina pero solo para comprobar que no hay sendero costero y que además tenemos enfrente un torrente profundo con lo que debemos tirar hacia arriba para poder sortearlo y tampoco hay camino marcado por lo que no me ha quedado más remedio que volver a salir por donde había entrado y volver a la carretera por la vía directa circulando junto a la pared divisoria. Casi arriba hay alguna entrada por la rejilla pero pasar una bici por el hueco es harto complicado así que he decidido ir por el asfalto hasta la curva donde está la entrada de la zona militar y decidir allí el siguiente paso.

Realmente está muy cerca y no he tenido complicación para poder entrar. Un vistazo rápido a lo que queda en pie y me dirijo al acantilado, ahora sí hay sendero, muchas guardias habrán montado por allí y ya puedo empezar a saborear lo que va a ser la tónica del día. Éste era uno de los tramos que no había hecho y no tiene complicación, ojo, cuando digo que no tiene complicación quiero decir que me ha gustado mucho no que haya un camino propiamente dicho, es un terreno rocoso, duro y difícil de circular que a algunos se les puede atragantar y con pocas escapatorias difíciles de ver. Además tienes que vadear varios torrentes, creo que fueron seis en total, algunos no tan evidentes y fáciles de sortear como otros, y en algunos sitios el sendero parece difuminarse y obliga a alguna que otra rectificación.

No tuve mayores problemas en la zona militar y pasé a la siguiente que sí habíamos hecho de vuelta pero por una pista interior a toda mecha y por tanto tampoco la conocía. No reconocí el terreno hasta que crucé otra pared y enganché la pista de la siguiente zona militar, estaba ya en territorio conocido y pude ir más directo al cruce del torrente. Fue más o menos por allí donde me encontré a un alemán que venía empujando una mtb que me pareció de paseo con una hoja en la mano y cara de estar bastante desubicado. Nuestra conversación duró poco, no sé de dónde vendría pero lo que era seguro es que no sabía donde iba, entendí que quería salir de allí lo más rápidamente posible, no sé si él me entendió a mí pero justamente desde allí no se veía la plataforma de tiro y le tuve que hacer algunas indicaciones de andar por casa. Espero que me entendiera si no puede que caminara unas cuantas horas más.

Yo seguí a lo mío, brincando sobre las rocas y sorteando torrentes hasta la siguiente zona militar y circulando por fuera de la rejilla, espléndido tramo en ocasiones bastante aéreo. La vez anterior empezamos la vuelta desde aquí pero ahora quería llegar hasta el faro por lo que continúo recto, ahora voy pegado a la carretera por la zona de los suicidios donde ya se puede circular a mucha más velocidad, estoy cerca del final pero este último tramo es realmente rocoso con algunos pasos muy divertidos pero en un escalón grande clavé una piedra y rajé cubierta y cámara y preferí llegar caminando hasta la explanada del faro para cambiarla.

Allí miré la hora, la una y media, cuatro de recorrido y queda la vuelta. Teniendo en cuenta de que solamente he hecho dos cortas paradas, una para comer algo y otra para poner a sitio el cambio que había metido entre los radios, y las pérdidas de tiempo para comprobar las posibilidades se podría decir que se puede hacer en una hora menos, ahora bien, si tenemos que sumar la diferencia de tiempo entre hacer la primera parte por costa o por carretera la cosa ya se iguala, y si además sumamos más gente al grupo hace que como mínimo haya que sumar otra hora más con lo que, con casi total seguridad, se tarde como mínimo cinco horas solo de ida. Saliendo a las ocho es asumible, si hacemos la vuelta directa por carretera quedando siempre la opción de coger las vías del tren para recorrer el último tramo y cambiar un poco el sabor de boca final.