Sa Figuera

Me enseñan una traza y me piden mi opinión, la doy y es que puede mejorarse, es más, DEBE mejorarse, me lo tomo como algo personal y así se lo hago saber al promotor de la ruta que, conociéndome, me da vía libre y claro, me paso una semana más contento que unas castañuelas dando vueltas mentales intentando pergeñar la ruta perfecta. Y aunque no sabía exactamente quienes acudirían a la cita no me fue complicado aunar mis propios gustos con mis deberes pendientes y con las expectativas que se podrían generar entre los (posibles) asistentes, es más, creía que podría ampliarse a otros colectivos y así lo hice saber a unos cuantos aunque finalmente han optado por no aceptar la invitación.

Me dan la hora de salida y allí me presento con Joselinx, el único que se había sentido tentado por el envite pese a no encontrarse en su mejor momento, otros temas más importantes requieren ahora su atención. Vemos pasar al otro grupo invitado pero compruebo que tienen otros planes, del resto de convidados nada sabemos así que sin más dilación partimos rumbo a, a, a...eso, ¿adónde vamos? por fin se formuló la pregunta esperada pero como estamos en un lugar privilegiado en lugar de contestar con palabras señalo con el dedo índice una línea imaginaria sobre la falda de las montañas circundantes, en principio no parece gran cosa y nadie pone pegas, tan solo Guiem tenía una traza pero claro, no es lo mismo verlo que hacerlo.

No habíamos calentado nada cuando ya estábamos en plena ascensión y hay que calmar algunos ímpetus, calma, señores, calma, que esto no ha hecho más que empezar. Y así, más calmados, hemos llegado al inicio del camí de Castelló junto al Pujol d'en Banya, para proseguir ya por terreno más pausado, pero por poco tiempo ya que lo que no se esperaban es que hiciéramos el primer descenso tan pronto, el camí de Rocafort era nuestro objetivo y por mi parte volver a revivir agrios recuerdos en forma de caída aparatosa en una de las curvas aunque afortunadamente sin consecuencias graves o permanentes.

Aquí ya algunos comprueban que puede que el día se les haga largo si hay muchas bajadas como esa pero como aún estamos en el principio los ánimos siguen altos. La siguiente subida por la pista asfaltada de Es Montreals estira el grupo y nos deja a algunos en la retaguardia, ya pararán, ventajas de ser el guía. El tramo que sigue es rápido y excitante, ni siquiera los tramos de subida consigue borrar las sonrisas.

No llegamos a Can Prohom, desde la capella de Castelló bajamos directamente a la carretera para cruzar por Son Bleda (aunque yo siempre la había conocido como Can Bleda) y bajar hasta Son Sales. La primera parte es más rocosa, con el típico camino escalonado y un poco maltrecho, y a partir del olivar camino de tierra muy rápido; a su salida pista y camino asfaltado hasta abajo donde para dirigirnos al puerto vamos a tomar el camí de Binidorm que iba a ser mi tramo nuevo del día, y ha sido todo una sorpresa ya que me lo imaginaba como una senda insulsa por terreno llano y ha sido todo lo contrario.

Al llegar al puerto algunos pedían ya avituallamiento de todo tipo y hemos hecho parada técnica en un super, después momento show total a rueda de una lugareña con bici de paseo (sin ánimo de ofender). Para evitar un pateo innecesario por el camí vell he preferido tomar el camí de sa Figuera desde su inicio, es decir, el tramo asfaltado hasta el coll d'en Marqués, y vaya con el tramito, cuesta arriba todo el rato perseguidos por el grupito de Segways, todo acomodadas las conductoras que iban ellas, y menos mal que venían porque al sr. Martorell no se le ha ocurrido más que aligerar peso dejando el dinero y el DNI tirados por allí y los han encontrado una de las perseguidoras y se lo han devuelto.

Al no ir a comprobar si la barrera de abajo estaba abierta o no he optado por el pateo por los escalones y se me ha hecho largo, no lo voy a negar, y a todos, es corto pero empinado, en ese tramo está prácticamente todo el desnivel de ese tramo de camino, después queda otro con algunos escalones más y una zona que sufrió desprendimientos que se arregló un poco y es menos complicada de pasar. Después de eso ya entramos en zona de olivar hasta el cruce de Fornalutx, hasta se está arreglando y todo.

He oído voces de queja en esa parada, el calor y la falta de entreno habían hecho mella en algunos y ha habido que echar mano de la persuasión para continuar todos juntos pero después del primer tramo de la Costa d'en Nicó, con el pateo por los escalones ya ha sido imposible convencerlos y un grupo ha hecho el último tramo de subida por la carretera hasta el desvío del Mirador de ses Barques. Dudas entre si llegar ahí o no, al final se decide que no, que bajamos y ha habido que recuperar a uno que ya estaba esperando la cerveza sentado en la terraza.

Ahora sí nos hemos puesto las protecciones, la bajada era continua hasta el pueblo y la más larga con diferencia. Empalmamos con la carretera vella de Bàlitx que recorremos hasta el cruce del camí de sa Figuera y de ahí a Sóller directos por la Costa d'en Flassada. Debo reconocer que me acordaba poco de esos tramos lo que acentuaba mi propia sorpresa al recorrerlos, gran y grata sorpresa, tramos rápidos escalonados que nos ponían a prueba a cada metro y que te hacen sentir como la vida te bulle por dentro.

Menos mal que había hinchado las dos ruedas al notar algún toque en alguna bajada anterior y no tuve ningún contratiempo, otros sí lo tuvieron aunque fueron menores, un pinchazo de Benja con la 29” a la que va tomando la medida; un par de llantazos de Guiem; lo de los guantes del Sr. Martorell no tuvo remedio, tuvo que abandonar a media bajada por tener las manos completamente irritadas, así como Toni que tras su caída anterior de hace unos días tiene un brazo a la birulé como quién dice; ellos y algunos otros a los que la bajada se les estaba atragantando un poco bajaron por carretera los últimos tramos.

Solo cuatro llegamos al final de la bajada y además no nos encontramos con los demás en el punto donde teóricamente tenían que quedar a comer así pues el final fue un poco caótico, bajando cada cual por donde más le convino, al final nos vimos todos (no faltaba nadie) en el aparcamiento. Finalmente se llegó a los treinta kilómetros, son bastantes dado que no nos alejamos prácticamente nada del pueblo y que el desnivel siempre había sido muy poco aunque no así el acumulado, y eso al final se ha notado en los más desentrenados pero las sensaciones diría que han sido muy positivas por parte de todos aunque para ello haya que sudar y esforzarnos hasta el límite, un gran día de mtb.